Hoy mi niña cumple años,
¡celebramos sus cinco veranos!
Le he regalado una corona
que su linda cabeza adorna.
Esta tarde ella es la reina,
canta alegre mientras se peina.
En breve empezará la gran fiesta,
golosinas repartirá en su cesta.
Le he preparado una tarta de fresa,
pero silencio, que es sorpresa…
Habrá también globos de colores,
música, dulces y hasta flores.
Entusiasmada, comienza a vestirse,
tan nerviosa que no para de reírse.
Se calza los zapatos dorados
y estrena un vestido morado.
Está preciosa y radiante,
debo fotografiar este instante.
Muy pronto llegarán los invitados,
habrá gente por todos lados.
Por el pasillo camina elegante,
corriendo le doy un abrazo gigante.
Suena el timbre y abre ella,
yo voy a ser su doncella.
Ha venido su mejor amiga,
siempre han hecho buenas migas.
Llegan familiares y compañeros,
ella a todos saluda con esmero.
La observo emocionada y contenta,
ni siquiera un segundo se sienta.
Lo pasa en grande mascando regaliz,
nunca la había visto así de feliz.
Enciendo las velas y apago las luces,
su mirada en la penumbra reluce.
«Felicidades, cielo, pide un deseo».
«Teneros a mi lado es todo cuanto quiero».
Despacio, acerca a mí su silla,
me da un beso suave en la mejilla.
Se acomoda la corona y coge la cesta.
¡Hoy es, sin duda, la reina de la fiesta!
En un instituto de Auckland, Nueva Zelanda, sus estudiantes de español aprenden los adverbios, verbos y adjetivos con poesías como esta. Aquí tenéis un fragmento de La reina de la fiesta. Porque la lectura, sin duda, cultiva nuestro aprendizaje y alimenta nuestra cultura.
Gracias a mi gran amiga mejicana Dax Lira por enseñar español a sus alumnos de quinto grado de forma tan bonita y original. ¡Enhorabuena por tu fantástica labor educativa!
