
(inspirada en la causa saharaui tras estancia en los campamentos de Tinduf en 2019)
Cuando te cortan las alas…
silencian tu voz, aplacan tu vuelo,
llora el corazón.
Cuando te cortan las alas…
levantan un muro, encierran tu alma,
nublan tu futuro.
Cuando te cortan las alas…
detienen tu ruta, borran tu norte,
acallan tu lucha.
Cuando te cortan las alas…
apagan tu brillo, arrebatan tu fuerza,
inocencia de niño.
Cuando te cortan las alas…
te dicen “no puedes”, te gritan “¡fuera!”,
te ordenan que esperes…
Cuando te cortan las alas…
y nada te queda, y todo se esfuma,
ni los pájaros vuelan.
¿Qué le queda a un pueblo cuando le cortan las alas?
Le queda la sonrisa, le queda la danza,
le queda la ternura, ¿le queda la esperanza?
Hay palabras profundas,
como belleza y libertad,
nacidas del amor, hermanas de la paz,
que son lluvia en el desierto, en tierra sin dueño,
que amanecen en el cielo vacío de sueños.
Hay una palabra
para cuando no queda nada,
pero todo cuenta si se siembra esperanza:
Sin recibir te invita a dar,
sin esperar, te invita a amar.
Donde menos es siempre más,
florece la palabra SOLIDARIDAD.