Saliste a mi encuentro y me regalaste mi primer beso,
me convertiste en tu sueño, en tu centro,
desde que me sentiste dentro
y avivé tu amor interno.
Sales a mi encuentro con la sonrisa dibujada en el viento,
con el corazón y tus brazos abiertos,
con el deseo de acunarme desde el pensamiento.
Saldrás a mi encuentro, me tengas cerca o me tengas lejos,
porque entre tú y yo no hay distancia o frontera en el universo,
porque nos une un lazo imperturbable y eterno.
Saliste, sales y saldrás a mi encuentro
porque llevas mi vida tatuada en el pecho.