Cierro los ojos, respiro hondo.
Estoy sola, lo olvido todo.
Dirijo mis pupilas hacia mi centro,
me miro bien, me miro dentro.
Comienzo el viaje, mi viaje,
me siento ligera y libre de equipaje.
No utilizo coche, tren o avión.
¿El medio de transporte? Mi imaginación.
Camino, vuelo, navego…
No miro atrás, no me detengo.
Respiro de nuevo, paciente.
Confío en mí, SOY valiente.
Lo oigo, lo siento,
lo veo. Me atrevo.
Me rindo, me río…
¡Vibro! Salto al vacío…
El viaje infinito al centro de mi tierra.
“Busca solo en el centro de tu pecho
ese lugar o nido preparado para mecer el sueño de la vida”.
ROSA CHACEL